“México es el único país en América Latina que otorga menos de 10 días de
vacaciones pagadas, situación que resulta preocupante e injusta”, destacó el
presidente de la Comisión del Trabajo y previsión Social, senador Napoleón
Gómez Urrutia (Morena), al inaugurar el Parlamento Abierto “Vacaciones Dignas”.
En el evento que se realizó en el Senado de la República, el legislador
hizo un llamado a poner en el centro del debate del parlamento a las y los
trabajadores, mediante condiciones idóneas para promover el descanso, la salud,
la recreación, la convivencia familiar, así como la reducción en el ausentismo
y la mejora de la productividad en general.
Y es aseguró que la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
recomienda en su convenio 132 que se cuente con un mínimo de 18 días de
vacaciones remuneradas, sin embargo, en neutro país difícilmente existe una
visión clara de que los periodos vacacionales incentivan la productividad.
En tanto, la senadora Patricia Mercado Castro (MC) consideró que el tema
de las vacaciones dignas se tiene que discutir primero como un derecho y
también como una forma de hacer crecer la productividad y la competitividad en
el país, pues se debe ver “como este derecho al tiempo libre que tenemos las y
los trabajadores y no como un privilegio”.
“No somos de los países más competitivos ni más productivos de la región.
Pero efectivamente tenemos un gran pendiente que tiene que ver con calendarios
laborales y con la jornada de trabajo,” comentó la legisladora.
Asimismo, la senadora Geovanna Bañuelos de la Torre (PT) resaltó la importancia de escuchar a todos los sectores productivos, debido a que sólo así se podrá encontrar una justicia social, en un país donde las personas trabajadoras laboran más horas al año, en comparación con otros países. Luego de explicar los beneficios que tiene el descanso en la salud mental y en la productiva del trabajo, Rodrigo Cordera Thacker, del grupo impulsor de la iniciativa, aseveró que la propuesta contribuye a la vida diaria de las personas trabajadoras, por lo que el descanso no se puede seguir viendo como un mero “capricho o sinónimo de pereza”.